lunes, febrero 17, 2014

El guitarrista blanco que cantaba y que tocaba la guitarra como negro


Nadie sabía si realmente era un veterano de la guerra de Vietnam o si sólo era un desertor. Cuando estaba ebrio, él mismo decía que había venido a México escapando de los militares de su país. Poco antes de que Estados Unidos invadiera Vietnam, había sido activista político. Al comienzo de la guerra, el gobierno había perseguido a personas como él. 


Redyke me contó que una noche, al volver de un mítin a su casa, abrió la nevera para tomar una cerveza y observó algo que lo hizo cambiar de parecer respecto a su activismo. 

Detrás del six pack de Budweiser, creyó ver un par de cebollas y no les prestó importancia. Tomó una cerveza del six y entonces se dio cuenta de que no se trataba de un par de cebollas sino de un par de globos oculares. Los ojos parecían mirarlo desde el más allá. El nervio óptico le colgaba a cada globo como un cable espeluznante. Redyke se quedó inmóvil. Ni siquiera pudo gritar. Se puso paranoico y decidió huir de Estados Unidos.


Otro día me contó que había vivido en Tijuana y en Baja California Sur y que había jugado beisbol. Una vez me confesó que él mismo había estado en la guerra. Se le entornaron los ojos y me miró con una mirada de loco. 

'Está cabróun no deschavetarte si vuelves vivo de la guerra, y' know?', dijo, mientras su semblante adoptaba un aspecto sombrío. 

  
                                  

La primera vez que vi a Redyke, él estaba tocando una canción de Neil Young en la calle. Tocaba una Gibson Les Paul '53, muy maltratada. La guitarra era de color negro, tenía humbuckers y estaba conectada a un pequeño amplificador MarshallRedyke tocaba y cantaba al mismo tiempo. Su voz y su habilidad para tocar la guitarra me hicieron pensar en artistas negros de blues.

Redyke tenía todo el aspecto de un hombre blanco de unos sesenta años. Me acerqué a él y él me miró brevemente. Sonrió sin dejar de cantar ni tocar la guitarra. Su mirada me pareció desconcertante, y detecté algo diabólico en su sonrisa.                     
          
                                     

Redyke estaba sentado a la sombra de un árbol, en un parque. Conforme tocaba la guitarra, golpeaba rítmicamente sus pies contra el suelo y parecía estar en trance. De un momento a otro, dejó de tocar.  Volvió a sonreírme y me preguntó: "¿Tendrás alguno cigarrillou para mí?" Sus dientes relucían de manera diabólica y acentuaban su sonrisa.

Le ofrecí un cigarrillo. 



Luego, comenzamos a platicar sobre música. Me dijo que había escuchado a The Doors en vivo, y que justamente esa noche se habían llevado preso a Jim Morrison. También me dijo que le gustaba Janis Joplin y que había conocido a Jimi Hendrix personalmente antes de que fuera famoso. Tuve la impresión de que inventaba muchas cosas. 

Al despedirme, se me ocurrió ofrecerle un billete. 

Redyke dijo "Oh, no... Nada de esouu... ¿Qué te parece si mejour vienes déspues a platicar?" 

Unas semanas más tarde, volví. Redyke se veía mucho más viejo.
En cuanto me vio, dejó de tocar la guitarra y me saludó. 


Me contó que tenía problemas con el alcohol y que había hecho un pacto con el diablo y que estaba muy arrepentido. Bajó la mirada y se me ocurrió preguntarle qué clase de pacto había hecho con el diablo. 

"¿Tú crees que tocou y cantou como negrou sólo pourque sí?", dijo. Me explicó que su alcoholismo era el precio que había tenido que pagar por esos talentos. 

Continuó:
"Lo que necesitou en verrrdad es oulvidarrr la guerra..."

Después de varios meses volví al parque y vi a Redyke. Se veía como un anciano en sus últimos años de vida. Estaba tocando la guitarra y seguía cantando, pero hacía las dos cosas de manera fatal. Luego, lo invité a tomar una cerveza, pero se rehusó. Dijo que ya no bebía y que el diablo le había quitado sus talentos. Quise preguntarle algunas cosas sobre la guerra y me dijo que no sabía nada. 

La verdad, yo creo que Redyke simplemente se aburrió de hacer música. 

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