domingo, junio 18, 2017

El futbol no se trata sólo de números


Hace un año la selección mexicana de futbol perdió estrepitosamente contra la selección chilena en Santa Clara, California

Eran los cuartos de final de La Copa América 2016, y Juan Carlos Osorio llegaba a ese torneo con una racha de 9 partidos ganados y un empate. 


La selección chilena era el campeón defensor. 


Un año antes, neutralizando a Lionel Messi, había ganado la final disputada en Santiago contra el equipo de Argentina



El 14 de octubre del 2015, Juan Carlos Osorio fue presentado como Director Técnico de la Selección Nacional

La elección de este técnico colombiano no fue un asunto deportivo, sino (como siempre ocurre en el futbol mexicano) económico. 

Él jamás se había hecho cargo de la dirección de un representativo nacional, aunque había estado a punto de dirigir a la Selección de Honduras y a la Selección de Costa Rica

Había pasado sin pena ni gloria por La Liga MX

Como Director Técnico del Puebla, tuvo un récord de 2 partidos ganados, 2 partidos empatados y ¡7 partidos perdidos! en el 2012.  

Algunas fuentes aseguran que el colombiano recibe un sueldo cuatro veces menor que el que recibió Javier Aguirre la última vez que dirigió a la Selección. 

A los dueños de los equipos no les importa tener un representativo nacional que esté entre los mejores del mundo.

Les basta que el equipo clasifique al mundial cada cuatro años.

Les basta la ilusión del "quinto partido" para alimentar su negocio.

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Si no fuera de esta forma, los dueños de los equipos habrían apoyado a los futbolistas que ganaron los mundiales sub-17 en Perú 2005 y en México 2011 y también a los futbolistas que ganaron la medalla de Oro en Los Juegos Olímpicos de Londres 2012.

De los sobrevivientes de Perú, sólo Carlos Vela, Giovanni dos Santos y Héctor Moreno llegaron a jugar en Europa.

Patricio Araujo, César Villaluz y Omar Esparza debutaron en la Liga MX.  

Sólo los primeros tres han jugado con la selección mayor.
Villaluz actualmente no tiene equipo.  
El portero de esa selección ya se retiró. 

De los sobrevivientes del campeonato del 2011, Antonio Briseño, Marco Bueno, Carlos Fierro, Jonathan Espericueta, Julio Gómez y Giovani Casillas debutaron en Primera División

Gómez actualmente juega en División de Ascenso
Bueno, Fierro y Casillas han pasado de un equipo a otro como moneda de cambio. 
Briseño es suplente en los Tigres de la UANL
Espericueta parecía tener un futuro prometedor, pero, al igual que Briseño, siempre fue suplente en el equipo de Tuca Ferreti. Tuvo un breve paso por el futbol europeo con un equipo de la Segunda División B española y volvió a México.   

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En el futbol mexicano el negocio es más importante que el deporte. 

Aunque la selección olímpica ganó la medalla de Oro en Londres 2012 -tal vez el logro más importante conseguido por el futbol mexicano-, los dueños de los equipos decidieron no apoyar a la selección que defendería esa medalla en las Olimpiadas de Río de Janeiro 2016 y prefirieron darle prioridad a La Liga MX.

Los dueños de la mayoría de los equipos no permitieron que sus jugadores asistieran a Brasil, aun cuando Raúl Gutiérrez los había convocado con mucho tiempo de anticipación y a pesar de que él mismo ya había ganado el campeonato mundial sub-17 del 2011 como Director Técnico de la Selección Nacional.

La verdad detrás de este boicot fue que Televisa y TV Azteca no tenían los derechos para transmitir Los Juegos Olímpicos.

Ya que las olimpiadas no eran negocio para las televisoras, la Federación Mexicana de Futbol decidió adelantar el comienzo de La Liga MX para que se empalmara con el torneo olímpico de futbol.

Los aficionados llenaron los estadios desde la primera jornada.


La Liga MX está llena de extranjeros. 

La mayoría de ellos llegan a México a ser titulares en sus equipos, de manera sospechosa y sin demostrarlo en la cancha. 

Algunas fuentes aseguran que los representantes de estos jugadores le dan una comisión (i. e., sobornan) a alguien influyente en un equipo para que los contraten y los hagan jugar.

(En Club de Cuervos, la serie de Netflix, se muestra claramente cómo operan estas contrataciones).

Por si esto fuera poco, la mayoría de estos extranjeros no son mejores que los futbolistas mexicanos.

Al futbolista mexicano, se le exige rendir al máximo desde el primer partido. 
Al extranjero incluso se le permite adaptarse durante varias temporadas al futbol mexicano. Hasta en el futbol está presente el malinchismo.

También hay decenas de extranjeros que llegaron al futbol mexicano con una buena trayectoria y que sin embargo tuvieron un desempeño decepcionante. 

A estos jugadores se les llama "petardos". 

(Djalminha, Castroman, Bilos, Schuster, BakeroBebeto, Insúa...)  

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El torneo está compuesto por dos torneos cortos -Apertura y Clausura- de 17 jornadas cada uno. 

Cada torneo dura aproximadamente seis meses, y el campeón no es el equipo que hace más puntos sino el que gana La Liguilla, una especie de post-temporada en la que se enfrentan los mejores ocho equipos de cada torneo en eliminatorias directas, a partidos de ida y vuelta. 

El líder -el equipo que hizo más puntos en el torneo corto- enfrenta al equipo que quedó en octavo lugar, el sublíder enfrenta al equipo que quedó en séptimo lugar y así, sucesivamente. 

Este sistema ocasiona que las 17 jornadas sean soporíferas y de escaso nivel.

Los llamados "clásicos" entre "dos grandes" del futbol mexicano, generalmente terminan en empate. 

Este sistema también ocasiona que los campeones goleadores generalmente no anoten más de diez goles por torneo y que la mayoría de ellos no sean mexicanos.

También ocasiona que el campeón de La Liguilla no siempre sea el equipo que tuvo un mejor desempeño a lo largo del torneo. 

Pero los aficionados llenan los estadios desde la primera jornada y compran todo lo que le vende La Liga MX.

A diferencia de los extranjeros que llegan a México, al mexicano que juega en el extranjero se le exige desde el primer partido ser mejor que los jugadores locales y que los extranjeros que juegan en el mismo equipo.  

También hay rumores acerca de las fuertes sumas de dinero o de los favores sexuales que les exigen ciertos directivos o entrenadores a los futbolistas nacionales para darles una oportunidad en Primera División

El resultado de este desarrollo irregular es que los jugadores mexicanos que juegan en Europa, no estén en los mejores equipos y que no sean titulares.


En este contexto, llegó Juan Carlos Osorio a dirigir a la Selección Nacional.

Dirigiendo al equipo, logró que no recibiera gol en sus primeros siete partidos y que no perdiera en sus primeros diez partidos. 

Sin embargo, desde el principio empleó un sistema de juego "revolucionario", basado en rotaciones.

Jamás repite alineación -incluso cambia a los porteros, de un partido a otro- y coloca a los jugadores en posiciones en las que no son especialistas.

Tal vez este sistema revolucionario funcionaría con jugadores de élite, pero el futbolista mexicano crece con muchas deficiencias. 

A un sector de la prensa y de la afición no les gusta este técnico, pero los números lo respaldaban hasta ese sábado 18 de junio del 2016.

Incluso sus detractores más acérrimos se apoyaban en los números conseguidos por el técnico colombiano, cuando la prensa cuestionaba su trabajo.

Los aficionados podían abuchearlo al final de un partido de escaso nivel, pero al siguiente partido estaban abarrotando el estadio.

El aficionado no tendría por qué apoyar un proyecto que no le gusta.

Podría dejar de asistir a los estadios donde juega la Selección, podría dejar de comprar el uniforme de la Selección, podría dejar de comprar todos los productos que tienen la etiqueta de la Selección.

Pero tal parece que el aficionado no es exigente y sólo quiere entretenerse un rato.



Estas eliminatorias mundialistas de la CONCACAF han sido las de más bajo nivel en décadas -Estados Unidos no ha dejado de asistir a un mundial desde el campeonato de Italia 1990 y en esta ocasión su clasificación a Rusia 2018 está en duda-, pero los directivos del futbol mexicano que apoyan a Juan Carlos Osorio se aferran a los números. 

Los números no van a conseguir que la Selección Nacional avance al quinto partido del mundial en Rusia 2018, pero sí alimentan la ilusión del quinto partido y también alimentan el multimillonario negocio de la Selección Mexicana de Futbol.   

Lo único que importa es que no se pierdan los millones de dólares que ganan los empresarios y los dueños de los equipos cada vez que la selección clasifica al mundial. 

Los empresarios hacen lo que les corresponde. 

¿Quién podría decirles que cambien su estrategia y que sean más ambiciosos, si al aficionado parecen bastarle la ilusión del quinto partido, dos Liguillas al año y algunos partidólares en Estados Unidos contra equipos de dudoso nivel?

¿Por qué deberían interesarse los empresarios en mejorar la calidad de la Liga MX y el nivel de la Selección Nacional, si cada año el aficionado alimenta su negocio, independientemente de lo aburrido que sea el torneo local, o independientemente de que el equipo tenga casi tres décadas quedándose en octavos de final en los mundiales de la FIFA?  



Cuando se disputó ese partido en Santa Clara, California contra los chilenos, la Selección Nacional había ganado casi todos los partidos de Clasificación a la Copa Mundial de Rusia 2018 y en esa Copa América Centenario había ganado de último minuto a la selección de Uruguay, había vencido a la selección de Jamaica y había empatado contra la selección de Venezuela con un impresionante gol de Jesús Corona

Un sector de la prensa estaba eclipsada por los números y sostenía que México incluso podría ganar La Copa América Centenario.

Sin embargo, ese partido contra la selección de Chile mostró el verdadero nivel del equipo mexicano. 

Algunos periodistas pidieron la cabeza de Osorio y otros pidieron que se le diera una oportunidad para mostrar que había aprendido la lección tras esa estrepitosa derrota. 

Los aficionados abuchearon al equipo, cuando terminó el partido y también exigieron la renuncia de Osorio

Unos meses después, la Selección Nacional volvió a a la Ciudad de México a jugar en El Estadio Azteca.

Era un partido de clasificación a Rusia 2018 contra la selección canadiense. 
Los federativos decían estar profundamente avergonzados por la derrota contra los chilenos y estar en deuda con los aficionados que apoyaban incondicionalmente al equipo, pero no pudieron regalarles ni siquiera un par de entradas para ese partido. 

depor.com
Hoy la Selección Nacional debuta en La Copa Confederaciones

Juega contra Portugal, en Kazán

La selección portuguesa llega al torneo como campeón de Europa, después de vencer en Saint-Denis a la selección francesa el año pasado en la final de La Eurocopa.

La Selección Nacional llega como campeón de la CONCACAF, después de vencer a Estados Unidos en Pasadena. 

Un sector de la prensa mexicana está convencida de que la Selección Nacional tiene suficiente nivel para ganarle a Portugal -¡incluso para ganar La Copa Confederaciones!-, aun cuando hace una semana, en un gris y aburrido partido en El Estadio Azteca, no pudieron vencer a la selección de Estados Unidos y aun cuando hace menos de un mes perdieron un partido amistoso contra el equipo B de Croacia. 

Yo no olvido el 7 a 0, pero el aficionado no tiene memoria. 

webadictos.com