martes, junio 15, 2021

Bleach (1989)


Hace 32 años la disquera independiente SubPop publicó Bleach. Supuestamente el título del álbum debut de Nirvana proviene del slogan “bleach your works”, que formaba parte de la campaña publicitaria de concientización sobre el SIDA en Estados Unidos, a finales de los ochenta, dirigida a los heroinómanos, conminándolos “a limpiar con lejía” su parafernalia para controlar la propagación del virus. En algún libro cuentan que a Kurt Cobain se le ocurrió titular así al álbum, mientras la banda estaba de gira y circulaban en la camioneta de Krist Novoselic por las calles de San Francisco y se encontraban anuncios con este slogan en cada esquina de la ciudad.

Bleach fue grabado en el estudio Reciprocal Recording de Jack Endino –un productor conocido por su trabajo con otras bandas que tenían contrato con SubPop, como Mudhoney y Soundgarden–, en Seattle. A pesar de que Nirvana apenas comenzaba su carrera, ya tenía cierta reputación en Olympia, Washington, e incluso ya habían intentado firmar con otras disqueras, como K Records y Touch & Go. La experiencia que habían adquirido al tocar en clubes y en algunas fiestas, les permitió llegar al estudio de grabación de Jack Endino con una buena cantidad de horas de ensayo acumuladas y grabar la mayoría de las canciones de Bleach en una sola toma, en treinta horas y en cuatro sesiones, entre diciembre de 1988 y enero de 1989.

Puesto que Bruce Pavitt –uno de los propietarios de SubPop– no consideraba a Nirvana una de las mejores bandas de su sello discográfico –apostaba más por otras bandas nuevas, como Tad y Blood Circus– y no confiaba en las decisiones de la banda, incluso se involucró en la secuencia de las canciones de Bleach y esta situación demoró el lanzamiento del álbum hasta junio de 1989. 

En el mismo sentido, aun cuando las producciones de las bandas estelares de SubPop no superaban los $1000 dólares, y el costo, excepcionalmente, lo absorbía la disquera –o les “prestaba”, como anticipo, el dinero a las bandas–, la grabación de Bleach tuvo un costo de $600 dólares y el gasto lo absorbió Jason Everman, quien tocó en Nirvana durante algunos meses como segundo guitarrista. (Después de tener algunas diferencias “artísticas” con Cobain, quien consideraba que su presencia le daba un sonido demasiado heavy metal a la banda, se convertiría en bajista temporal de Soundgarden y luego se enlistaría al Ejército de Estados Unidos y combatiría en las guerras de Irán y de Afganistán.) (A pesar de que no tocó en ninguna de las canciones ni contribuyó en ninguna de las composiciones de Bleach, aparece en los créditos y en la portada del álbum). 

Además de Cobain —que aparece en los créditos del álbum como Kurdt Kobain— y Krist Novoselic, los bateristas Chad Channing y Dale Crover participaron en el álbum. 
Channing –quien más tarde sería reemplazado por Dave Grohl–, tocó la batería en la mayoría de las canciones; Dale Crover –el baterista de los Melvins–, tocó la batería en “Floyd The Barber”, en “Paper Cuts” y en “Downer”. 

Exceptuando “Love Buzz” –el cover que Nirvana había hecho a la canción de la banda europea Shocking Blue y que previamente había sido seleccionado por Pavitt y por Jonathan Poneman —el otro propietario del sello discográfico— para ser lanzado en la primera entrega del Club de Sencillos de 7" que recibían anualmente los suscriptores de SubPop–, todas las letras de Bleach son de la autoría de Kurt Cobain. 

A pesar de que la canción “About a girl” tiene un sonido pop (con una influencia más o menos clara de The Beatles), como resultado de la estrecha relación de Nirvana con los Melvins y de la admiración de Cobain por Mudhoney, el álbum tiene más similitudes con el heavy metal de los ochenta y con el hard rock de los setenta que con “el sonido Seattle” de los álbumes posteriores de Nirvana

Aunque la crítica especializada consideraba que Bleach era un álbum primitivo e identificaba a Nirvana como “unos sujetos que sonaban como Mudhoney, pero que no eran tan buenos como Mudhoney”, algunos músicos reconocidos como Thurston Moore –guitarrista y compositor de Sonic Youth– quedaron sorprendidos por el sonido del álbum e impulsaron la carrera de Nirvana (incluso Sonic Youth influirían en la decisión de Nirvana por terminar su contrato con SubPop y firmar con la disquera trasnacional de David Geffen).

Las letras de las canciones de Bleach tienen un tono oscuro y pesimista. Abordan la desesperanza, la claustrofobia, el abuso sexual y la rebelión contra los estereotipos de la sociedad, y sus protagonistas se encuentran en la barbería esperando ser afeitados por un grupo de sodomitas o están cautivos como mascotas en una jaula, recibiendo un trato indigno de los humanos a quienes idolatran. 

Supuestamente, Cobain escribió las letras de todas las canciones de Bleach en un par de días, durante la grabación del álbum y bajo una tremenda presión, pues SubPop quería que Nirvana encajara en el sonido “grunge” que los periodistas de rock comenzaban a asociar con la disquera y con las emergentes bandas de Seattle de aquella época.

Sin embargo, entre los demos de Nirvana que han sido publicados desde la muerte de Kurt Cobain en compilaciones oficiales, como With the lights out, o no oficiales, como Outcesticide, y en documentales como Montage of heck, hay algunos que datan de los meses previos a la grabación de Bleach y en los cuales se encuentran algunas versiones preliminares de “About a girl” –una canción que Kurt Cobain compuso para Tracy Marander, su novia de entonces y quien tomó la fotografía de la portada del álbum–, y otras versiones de “Sifting” y de “Blew” con letras distintas.

Junto con “School”, “Blew” y “Negative Creep”, “About a girl” formó parte del repertorio de canciones de Bleach que Nirvana continuó tocando hasta su última gira de 1994. Este álbum fue re-editado en 1992, tras el éxito de Nevermind, y re-masterizado en el 2009, cuando se cumplieron veinte años de su lanzamiento. Si el lector de este blog sólo conoce las canciones más populares de Nirvana, Bleach podría cambiar radicalmente la impresión que tiene de su música.



viernes, mayo 28, 2021

Gish (1991)



Gish, el álbum debut de Smashing Pumpkins, que fue producido por Butch Vig en los Smart Studios en Madison, Wisconsin, entre diciembre de 1990 y marzo de 1991, y que fue publicado por la compañía discográfica Caroline Records, hoy cumple 30 años. 

De acuerdo con algunos periodistas de rock, el título del álbum está inspirado en Lillian Gish –la longeva actriz del cine mudo de Hollywood–, pero Billy Corgan –autor intelectual del título– ha desmentido este rumor y ha declarado en algunas entrevistas que simplemente se le ocurrió ponerle ese nombre al álbum y que siempre hay alguien que sobre interpreta lo que hacen los artistas

Cuando escuché Gish de principio a fin, los Pumpkins vendrían de gira por primera vez a México –acababan de publicar Adore, su cuarto álbum de estudio– y MTV transmitía constantemente los videos  de “I am one”, de “Siva” y de “Rhinoceros”. 

Más allá de que los videos de Gish no parecían precisamente de los noventa, era innegable que las canciones tenían una influencia de la música de los setenta, de bandas como Led Zeppelin y de artistas como Jimi Hendrix. 

Compré Gish –un disco compacto de segunda mano– en El Chopo y estuve escuchándolo durante más de medio año. Además de que la mayoría de las canciones tenían cambios abruptos entre la estridencia y la quietud, había algunas canciones con una atmósfera más tranquila –más pop y folk– y, sobre todo, las letras de las canciones eran ingeniosas: hacían alusión a La Santa Trinidad, o al dios hindú de la destrucción; hablaban sobre la desesperación del amor no correspondido, o sobre el enamoramiento como una explosión de colores; o, incluso, se referían de un modo ambiguo al consumo de drogas psicodélicas.

Paradójicamente, no sólo el productor del álbum –Butch Vig–, sino también Kevin Kerslake –el director del video de “I am one”–, se involucrarían meses más tarde en la producción de Nevermind y en la dirección del video de “Lithium”respectivamente, y el aclamado álbum de Nirvana opacaría el lanzamiento de Gish, y, todo esto, sería un fuerte golpe al ego de Billy Corgan.

Mientras escribo estas líneas, escucho el mismo disco compacto de segunda mano que me compré hace veintitrés años. Intento escribir algo más personal, pero el calor de esta habitación es apenas soportable –aunque lo prefiero mil veces, en comparación con el frío– y apenas me permite enfocarme en algunos vagos recuerdos que me trae la música de Gish, pero, igualmente, invito al lector accidental de este blog, a escucharlo por su cuenta y a formar sus propias impresiones.  

domingo, mayo 23, 2021

Serving The Servant | Danny Goldberg (2019)



En este libro cuasi-periodístico de 17 capítulos y más de 300 páginas, publicado por Harper Collins (2019), Danny Goldberg nos comparte su percepción de Kurt Cobain como líder de Nirvana, como estrella de rock y como persona (no necesariamente en este orden). 

Danny Goldberg –fundador de Gold Mountain Entertainment, junto con su colega John Silva–, conoció a los integrantes de Nirvana en noviembre de 1990, poco después del lanzamiento de Bleach –el álbum debut de Nirvana, publicado por la compañía discográfica independiente SubPop–, y se convirtió en su representante en los meses previos al lanzamiento del aclamado Nevermind. 

Su relación laboral con Nirvana abarca la breve trayectoria de la banda –desde que pasaron de tocar en pequeños clubes, para un puñado de personas, hasta que encabezaron los más importantes festivales de música, en arenas y en estadios con capacidad para miles de espectadores–, y le permitió ser testigo del meteórico ascenso de la banda al estrellato y estar involucrado en el proceso creativo, en las finanzas y en las campañas publicitarias de cada uno de los álbumes que la banda publicó con David Geffen Records (la compañía discográfica trasnacional con la que firmó Nirvana después de haber roto su contrato con SubPop), y terminó de manera prematura con la muerte de Kurt Cobain, así que la importancia de su opinión es incuestionable (cuestionar su opinión es otro asunto), tal y como lo avalan los personajes que elogian Serving the servant (de hecho, algunos de ellos son citados en el libro), entre los que se encuentran Michael Azerrad –autor de la biografía autorizada de Nirvana–, Thurston Moore –cantante y guitarrista de Sonic Youth– y Joan Jett. 

Para Danny Goldberg, Kurt Cobain no sólo era la estrella de rock y el líder de la banda más importante del mundo de la primera década de los noventa, sino el sujeto que le compartía sus inquietudes sobre el camino que quería que siguiera Nirvana –no le gustaba tener giras extenuantes ni tocar para miles de personas, pero quería vivir cómodamente y disfrutar a su familia–, que le pedía administrar minuciosamente los ingresos de la banda –cuando Courtney Love entró al mundo de Nirvana, ya no consideró justo que Krist Novoselic y que Dave Grohl recibieran las mismas regalías que él– y que le ayudara a lidiar con los ejecutivos de la disquera y con la prensa que siempre estaban metiéndose en su vida y poniendo en riesgo su estabilidad emocional. 

Asimismo, Goldberg conoció al artista visionario detrás de cada una de las decisiones de Nirvana –según él, Cobain planeaba meticulosamente cada uno de los movimientos de la banda para mantenerla en el inconsciente colectivo, como cuando amenazó con tocar “Rape Me” en los primeros instantes de la presentación de Nirvana en los MTV Video Music Awards de 1992, tanto para desafiar a los ejecutivos de MTV como para darle una probada a la audiencia de lo que sería el próximo álbum de estudio de la banda–, pero también conoció al furioso marido de Courtney Love que la defendió cuando fue exhibida por Lynn Hirchsberg en un artículo de Vanity Fair como una drogadicta embarazada, y también conoció al padre primerizo que viajó al Reino Unido a encabezar el Reading Festival de 1992 a los días del nacimiento de Frances Bean, cuando la prensa daba por hecho la disolución de Nirvana –tenían varios meses sin ensayar– y la banda dio uno de sus conciertos más memorables, y también conoció a la estrella de rock con problemas de adicción a la heroína, que fue incapaz de lidiar con la fama y que, en apariencia, nunca logró asimilar que, al haberse convertido en una estrella de rock y al haber triunfado con su banda a nivel mundial, había traicionado los principios éticos del punk –¡no te dejes seducir por el glamour y el dinero de la industria del rock n' roll!, ¡no te conviertas en un cliché del rock n' roll!– en los que siempre había creído.

De todos los libros que he leído sobre Kurt Cobain y Nirvana –son tantos, que ya perdí la cuenta–, quizá éste no sea el más objetivo –tiene algunos pasajes muy personales; sobre todo, los que están relacionados con los últimos días de Kurt Cobain–, pero, sin duda, es el más completo. 

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Goldberg ha sido representante de artistas desde la década de 1960. Fue vicepresidente de Swan Song Records –la compañía discográfica creada por Led Zeppelin– de 1973 a 1975. Es un prolífico escritor (Bumping into geniuses: my life inside the rock n' roll business, 2009; How the left lost teen spirit, 2005) que ha trabajado para revistas como Rolling Stone y Billboard Magazine. Actualmente es presidente de Gold Village Entertainment. 

domingo, mayo 09, 2021

Ángeles Derrotados de Denis Johnson


En esta novela –no apta para lectores que buscan historias amables con protagonistas que luchan por su amor y que, tras vencer las adversidades, son felices para siempre–, Denis Johnson nos muestra una faceta oscura del “sueño americano”: esa vida que les toca vivir a cientos de ciudadanos estadunidenses que nacen en la pobreza y que no tienen grandes opciones para salir de la pobreza.

En largos trayectos por las autopistas de Estados Unidos, en moteles baratos en los que se hospedan traficantes de drogas, en terminales de autobuses atestadas de seres perversos y abusivos, en bares de Chicago donde lo único que importa es conseguir dinero para emborracharse hasta olvidarlo todo y en suburbios de Phoenix en los que parece que ni siquiera los domingos nadie tiene la conciencia tranquila, Jamie y Bill se enredan en una relación co-dependiente y destructiva. 

Ella, necesitada de afecto y de protección, se deja arrastrar por la vorágine del alcoholismo de Bill; Bill, convencido de que su existencia no tiene sentido, se deja arrastrar por sus propios demonios. 

domingo, mayo 02, 2021

Páradais | Fernanda Melchor (2021)

 


Dos adolescentes, de distintos estratos sociales y con diferentes problemas en la vida, se conocen en un lujoso fraccionamiento; adquieren la costumbre de emborracharse, cada vez que sus ocupaciones, diametralmente opuestas, se los permiten. 

Bajo los efectos del alcohol, uno de ellos le confiesa al otro un macabro plan para satisfacer sus fantasías sexuales con una inquilina del fraccionamiento, mientras el otro sólo quiere evadir su realidad y abrirse paso en una vida de crímenes.