sábado, mayo 07, 2011

Odio ir al supermercado



Odio ir al supermercado.

Cuando acababa de entrar a la secundaria, inauguraron uno cerca de la casa de mis papás.

No había ninguna tienda de ese tipo en la colonia, así que fue toda una novedad y prácticamente todos los vecinos fueron a la inauguración.

Me quedé en la casa. 

Esa tarde el Olympique de Marsella y el Estrella Roja de Belgrado disputaban la final de la Copa UEFA en el Estadio San Nicola de Bari, en Italia

El partido estuvo aburridísimo -los técnicos de ambas escuadras plantearon sistemas de juego ultra defensivos- y lo ganó el equipo yugoslavo en tanda de penales.

Yo acababa de aprender a usar la videocasetera para grabar programas de la televisión, y me quedé en la casa a grabar todo el partido en una cinta Betamax.  


Mi mamá volvió a la casa cuando el partido había terminado.

Llevaba globos, una rebanada de pastel y el autógrafo de un luchador que estaba en la inauguración del supermercado.   

Mis hermanos y yo íbamos con mis papás muy seguido a ese supermercado, y no me resultaba tan tedioso, tal vez porque no gastaba mi propio dinero y porque mis papás nos compraban alguna golosina que se nos antojara.

Acabo de volver del supermercado.
Odio ir a comprar mi despensa. 
Al recorrer los pasillos, siento un vacío.  

Me resulta tan aburrido como esa final de la Copa UEFA de la temporada 1990-1991.

También es triste hacer cuentas para que alcance el dinero.   


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