miércoles, junio 04, 2014

Nuestra máxima aspiración es llegar al mundial


Ayer, en el Estadio Soldier Field, la Selección Mexicana de Futbol perdió contra la Selección de Bosnia-Herzegovina

En Brasil, Bosnia-Herzegovina compartirá el Grupo F con Argentina, Irán y Nigeria. Los europeos clasificaron a la competencia mundialista después de jugar diez partidos. Sólo perdieron dos; uno como local -contra Eslovaquia- y uno como visitante, contra Grecia

La Selección Mexicana compartirá el Grupo A con Brasil, Croacia y Camerún, y fue uno de los últimos equipos en conseguir su clasificación al mundial, al vencer a Nueva Zelanda en la repesca, después de una desastrosa eliminatoria en CONCACAF


El encuentro de ayer en Chicago fue el penúltimo partido de preparación para México antes de su debut contra Camerún en el mundial, pero fue el primero que pierde bajo la dirección del técnico Miguel Herrera.

Miguel Herrera sólo ha dirigido siete veces a la Selección Mexicana: los dos partidos de la repesca contra Nueva Zelanda y cinco partidos amistosos. 

A pesar de la derrota, sus resultados, en términos generales, son favorables. 
Bajo su dirección, el equipo le ganó a Nueva Zelanda -los dos juegos de la repesca-, a Corea del Sur, a Israel y a Ecuador; y empató contra Nigeria y contra Estados Unidos

Desde luego que lo más importante es que consiguió el boleto al mundial. 


Sin embargo, bastó la derrota de ayer para que un sector de la prensa escrita comenzara a cuestionar la calidad del trabajo de Herrera. 

Este sector de la prensa está profundamente preocupado porque "está claro que, a escasas semanas del mundial, el técnico no ha encontrado la alineación ideal, ni mucho menos un estilo de juego..."


La situación parece alarmante, pero no es nada nueva. 

Que yo recuerde, sólo cuando Menotti, Mejía Barón y La Volpe dirigieron a la Selección Mexicana, el equipo tuvo un estilo de juego bien definido. 

A los tres técnicos, tanto la prensa como los federativos -más que los resultados- se encargaron de echarlos. 

Existe el rumor de que ninguno de esos técnicos estuvo dispuesto a aceptar las imposiciones de jugadores que les hicieron los dueños de los equipos de Primera División y/o Televisa



El problema con la Selección Mexicana, va más allá de este mundial. 

El problema es el futbol mexicano; la mentalidad de quien produce y de quien consume el futbol mexicano. 

Nadie -ni los federativos, ni la prensa, ni los aficionados- parece estar interesado en tener un representativo que siempre esté en los primeros diez lugares del top mundial. 

Lo único que realmente parece prioritario es clasificar al mundial cada cuatro años. 



Cuando los federativos buscan a un técnico para que dirija a la selección, no lo buscan por su propuesta de juego sino como una solución.

De otra manera no se entendería por qué han repetido en ese cargo directores técnicos que fracasaron en el mundial.

Bora Milutinovic dirigió a la selección en las eliminatorias para el mundial de Francia '98, después de que en México '86 no lograra llevar al equipo a las semifinales, aunque, irónicamente, ésa ha sido la mejor actuación de un equipo mexicano en mundiales. 

Ya clasificado al mundial de Francia '98, el serbo fue despedido y en su lugar quedó Manuel Lapuente, que había fracasado rotundamente como técnico de la Selección en La Copa Oro de 1991.


Javier Aguirre hizo todo lo posible para perder en los octavos de final del mundial de Corea-Japón 2002, contra Estados Unidos en Jeonju (sacó a Ramón Morales, que era el único jugador desequilibrante de la selección, después de que Brian McBride anotara el primer gol de los norteamericanos; mantuvo en la banca a Francisco Palencia, que había tenido una estupenda Copa Libertadores con Cruz Azul y que en ese semestre jugaba en Europa; y metió a los veteranos Luis Hernández García Aspe para retirarse en ese partido con la Selección); y después llegó a "rescatar" al equipo para clasificar al mundial de Sudáfrica 2010 y en el último juego de la fase de grupos de ese mundial hizo todo lo posible para no ganarle a Uruguay -como, por ejemplo, sacar a Andrés Guardado que estaba jugando muy bien, y mantener en la banca a Javier Hernández, que ya le había anotado un gol a Francia- y quedar como segundo de grupo y enfrentar a Argentina y perder escandalosamente en Johannesburgo, también en octavos de final.


No lo dicen abiertamente, pero para la federación, para las televisoras y para los patrocinadores de la selección llegar al mundial es su máxima aspiración, porque es un gran negocio. 

Tal vez los aficionados no lo sabemos, pero llegar al mundial también es nuestra máxima aspiración. 


Cada cuatro años, contratamos Sky para tener la cobertura completa del mundial.
Cada cuatro años, el país se detiene -incluso en periodo electoral- cuando juega la Selección.
Cada cuatro años, gastamos millones de dólares en mercancía relacionada con la Selección Nacional. 
Cada cuatro años, empeñamos todo lo que tenemos para acompañar al equipo al mundial.
Cada cuatro años, hasta a los que no les gusta el futbol, hablan de futbol.

Y cada cuatro años, nos basta con quedarnos en octavos de final. 


Obviamente la Selección Mexicana de Futbol no ganará el mundial en Brasil. 

Hasta parece poco probable que avance a los octavos de final, pero no porque Herrera no tenga una alineación ideal ni un estilo de juego, sino porque siempre habrá otro mundial al cual clasificar. 

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