sábado, noviembre 16, 2019

Serotonina de Michelle Houellebecq



Florent-Claude Labrouste –el protagonista de esta novela– es un ingeniero agrónomo de cuarenta y seis años de edad que trabaja como burócrata para una empresa vinícola importante. 

Su vida, aparentemente, es la clase de vida que la mayoría de la gente de su edad desearía tener. 

Vive en un departamento en un barrio elegante. Está acostumbrado a comer en restaurantes gourmet. Filosofa acerca de su existencia, leyendo a Marcel Proust y a Thomas Mann. Se transporta a su casa de campo, a las afueras de Francia, en un buen automóvil. 

Sin embargo, padece depresión. 

También tiene una novia japonesa que se muda a vivir con él, por temporadas. Ella es más joven que él y muy superficial. Ella no se cansa de tratarlo como un anciano que debe cuidarla y cumplirle todos sus caprichos. En varias ocasiones incluso le ha dicho que su relación no es seria y que ni siquiera planea presentarle a sus padres.

Claude-Florent descubre que Yuzu tiene una vida secreta y entonces algo ocurre en su cerebro y decide abandonarla y desaparecer. 

A partir de ese momento, Houellebecq nos adentra en los problemas que enfrenta un hombre deprimido que depende del Captorix –un inhibidor de la recaptura de serotonina, uno de los fármacos empleados para tratar la depresión– para sobrellevar su existencia. Los efectos colaterales de este antidepresivo incluyen náuseas, pérdida del apetito sexual e impotencia.

Claude-Florent viaja a lugares remotos de Francia a bordo de su Mercedes 4X4 y se aloja en habitaciones de hoteles en los que debe inventarle mil pretextos a las recepcionistas para que no le tengan lástima y para que no lo etiqueten como un viejo solitario que no tiene con quién pasar la Navidad.

Todo esto ocurre mientras la Unión Europea se hunde y él acepta que su existencia no tiene sentido y añora a las mujeres que ha amado y recuerda las circunstancias en las que las conoció y en las que rompió con ellas. Se pregunta por qué ha acabado solo. 

También se aloja en un bungalow en las profundidades de un bosque y descubre a un pedófilo y se reencuentra con un viejo amigo de la universidad que atraviesa un divorcio y una crisis económica. Aprende a usar una Smith & Wesson de cañón corto, una Magnum 357 y una Steyr Mannlicher

Se involucra en un levantamiento de armas de un grupo de agricultores y es testigo de una trágica muerte que lo orilla a sopesar la posibilidad de dejar los antidepresivos y de acabar con su vida cuando los antidepresivos dejen de surtir efecto. 

Serotonina es la segunda novela de Michelle Houellebecq que leo. Comencé a leerla a finales de agosto y terminé de leerla ayer a las tres de la mañana. Los últimos capítulos coincidieron con una pérdida que todavía no asimilo. 

Será una de las novelas que siempre estaré leyendo. 

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