Tengo esta canción en la cabeza, la escucho una y otra vez, apenas van a dar las seis de la mañana, entre sueños ya estaba escuchándola, cuando apareciste de la nada y me dijiste cosas que sólo se dicen en los sueños, independientemente de que signifique algo lo que me dijiste en el sueño y de que tus palabras son como un huracán el punto es que tengo esta canción en la cabeza, no he dejado de escucharla desde que revisé mi correo-e, la UNAM me abrió una cuenta para firmar el acta de un examen de grado al que asistí ayer como jurado, independientemente de que tengo mi opinión respecto al desempeño del estudiante y al discurso de las redes sociales institucionales que felicitan a todos los alumnos que concluyen un nivel de formación académica el punto es que tengo esta canción en la cabeza, la puse en un
loop en Amazon Music, antes de salir a desayunar la toqué en la guitarra, independientemente de que es una canción súper sencilla y que hacía tiempo que no la tocaba el punto es que tengo esta canción en la cabeza y que cuenta una anécdota de Eddie Vedder y de Matt Lukin, pero lo que realmente importa es que ya son las cuatro de la tarde y que la endogamia académica también aparece en correos electrónicos, podría contarte decenas de detalles sobre el futuro ganador de este concurso del que me enteré hace una hora y que cierra el 5 de agosto a las 5 pm, pero ¿vale la pena?