viernes, agosto 24, 2007

Amantes Kafkianos




24/8/07
9: 29 
A punto de dormir, atado a una pared, mirando el techo, recordando. Los sueños son animales alados y chillones, zancudos que se insertan en la garganta. Me muero porque te imagino, y mi imaginación arde en fiebre por dejar de imaginarte.
Cuando la música se desvanece y te vas quedando sordo. Cuando la sordera es más que la suposición de lo que pasaría en un bosque donde nadie pudiera escuchar nada. Me muero porque te imagino, y mi imaginación arde en fiebre por dejar de imaginarte. La canción se ha fugado y la intensidad del silencio muerde las entrañas.
Son las 23:44. Los grillos ululan al fondo de la noche. Yo pienso en que has pedido una casa de campaña para irte lejos, y ¿a quién?
Estás en la habitación de un hotel de mala muerte. Recuerdas pasajes de varias novelas que son muchas y a la vez, ninguna. Nombres, nombres, nombres. Asesinos en serie. Debates por TV acerca de la conveniencia de hacer investigación intrusiva con personas non gratas. Las clases, las clases... Los alumnos en otra dimensión. ¿Acaso tienes que llegar a contar chistes?
El sueño se nutre de cansancio. Son las 4:44. La música zumba al fondo de las cosas, en el caos del insomnio. Dormir, querer dormir. 

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