sábado, junio 29, 2019

Los débiles están ahí para justificar a los fuertes


El dieciséis o diecisiete de septiembre de 1997, la gira Dead To The World concluyó en la Ciudad de México. La gira había comenzado el cinco de septiembre de 1996 y pasó por Norteamérica, por Europa y por Sudamérica

Yo estaba apenas en el primer semestre de la licenciatura. Había entrado a la Facultad de Psicología en agosto. 

Antichrist Superstar tenía poco más de un año de haber salido a la venta. 
Había visto todos los videos del álbum. Desde que estaba en los últimos meses de la preparatoria, MTV transmitía The Beautiful PeopleTourniquet y Man That You Fear.

Aunque los videos eran muy atractivos y criticaban al capitalismo y exhibían la superficialidad de la sociedad y hablaban del amor enfermizo entre un sadomasoquista y una especie de engendro o crisálida y estaban rodeados de símbolos blasfemos, nunca me interesé realmente en el álbum.

Escuchaba a Silverchair, aún asimilaba la pérdida de Kurt Cobain ¡sólo habían transcurrido tres años desde su muerte!– y no me gustaba mucho la idea de que Marilyn Manson lucrara descaradamente con el miedo de la gente y con La Biblia.


En las primeras semanas de clase en la Facultad de Psicología, alguien me dijo que el Antichrist Superstar era un gran álbum y me dio curiosidad escucharlo. 
Esa persona me lo grabó en un cassette que aún conservo.

Estuve escuchándolo varias semanas en mi walkman, en los recorridos de la casa a la Universidad y de la Universidad a la casa. 

Tomaba clases desde las siete de la mañana y me levantaba de la cama a las cinco. 
Si salía de la casa a las seis y diez, podía llegar a clases a tiempo.

Caminaba unas cuadras hasta llegar a la Avenida Zaragoza
Allí tomaba un camión que me llevaba a la estación Puebla de la Línea 9 del Metro
Luego transbordaba en Centro Médico hacia la Línea 3 –hacía menos de un año que la habían inaugurado y no había tanta gente– y me bajaba en la estación Copilco

Llegaba tan rápido que podía caminar desde Copilco hasta la Facultad y aun así llegar diez minutos antes de las siete a clase.


Ya conocía la Ciudad Universitaria, pero el ambiente académico de las Facultades por las que pasaba –Medicina, Economía, Derecho, Filosofía y Letras–, mientras escuchaba a Marilyn Manson cantar sobre sus pesadillas apocalípticas (Little Horn) o sobre un pederasta que usaba los trenes de juguete para atraer a los niños al sótano de su casa (Kinderfeld) o sobre el poder de las drogas y su capacidad para crear una dependencia más fuerte que el apego hacia cualquier ser vivo (Dried Up, Tied And Dead To The World), a esas horas de la mañana –¡el sol ni siquiera había salido!– me impresionó de tal modo que aun ahora me siento conmovido al recordar aquellos días.   

Una de mis clases menos favoritas era la de Estadística Descriptiva

Teníamos una profesora que nos dictaba las calificaciones de los exámenes de diversos grupos hipotéticos de alumnos, junto con el género y las edades de esos hipotéticos alumnos. 

Nos la pasábamos casi tres horas a la semana transcribiendo los datos en nuestras libretas y calculando manualmente las medidas de tendencia central y haciendo gráficas de barras. 



Tal vez sí lo hizo, pero yo no recuerdo que ella ni siquiera nos haya dicho jamás en cuál eje debíamos poner las variables independientes y en cuál las variables dependientes, o cuáles eran las diferencias entre las gráficas de barras, las gráficas de líneas y las gráficas de pastel. 

Otras veces, la profesora nos dictaba los conceptos de variables categóricas y continuas, sin dar ejemplos de variables nominales o de intervalo o de razón. Luego nos decía que las variables continuas podían ser discretas, pero ni siquiera mencionaba que la edad era un ejemplo de variable continua que podía convertirse en variable discreta.   

A lo largo del curso, tampoco nos dejó claro por qué era importante la Estadística Descriptiva para la investigación y, en particular, para las Ciencias Sociales.

La clase se volvió muy aburrida para mí y perdí el interés. 


El día del concierto de Marilyn Manson en El Palacio de Los Deportes, creo que era un día feriado. Faltaban unas horas para el concierto y yo estaba en mi recámara, trabajando en una tarea de EstadísticaEsa tarea era indispensable para realizar un examen al otro día. 

Encendí la radio. Había un especial sobre Marilyn Manson

Los conductores pasaban extractos de una entrevista que ellos le habían hecho, ponían canciones del Antichrist Superstar y de sus otros álbumes –Portrait Of An American Family (1994) y el EP de Smells Like Children (1995)– y también hablaban del caos que habían provocado sus conciertos en Estados Unidos.

Lo habían acusado de satanismo, de trasvestismo, de fascismo, de sodomía, de pornografía... 

En México, Jorge Serrano Limón, el Presidente del Comité Nacional Pro-Vida, había dicho que Marilyn Manson era una influencia negativa para la juventud mexicana porque "ultrajaba la imagen de Jesucristo", y había sugerido a las autoridades que prohibieran el concierto. 



Las cosas que los conductores decían acerca de Marilyn Manson no me dejaban concentrarme en la tarea.

Resultaba evidente que le gustaban los reflectores y hacer declaraciones polémicas.

Definía a su música como "una dicotomía entre la belleza y la fealdad". 

Las letras de las canciones del Antichrist Superstar reflejaban sus opiniones. 

Tenían frases inteligentes y estaban bien escritas. 

Podía comparar a una mujer con una droga, podía explotar los mitos de las estrellas de rock o podía simplemente ironizar con el temor de los hombres ante los castigos de Dios.   


¡Hubiera preferido asistir a ese concierto, en lugar de estar calculando manualmente la media, la mediana y la moda de un conjunto de datos de las calificaciones hipotéticas de un grupo de alumnos hipotéticos, de diversas carreras hipotéticas...! 

Al día siguiente, en la escuela, uno de mis compañeros me contó que había ido al concierto. 

Me dijo que había sido muy intenso, pero que había durado muy poco.

Me dijo que Twiggy Ramírez se había lastimado una mano, mientras destruía su instrumento al final del concierto.

Me dijo que Marilyn Manson se había "electrocutado" a cada rato porque se mojaba el cabello y movía la cabeza al ritmo de la música y su cabello tocaba el micrófono. 
    

Toda esta semana he estado escuchando el Antichrist Superstar y he estado recordando todas estas cosas. 

Ahora imparto un curso de Estadística a alumnos de licenciatura. Faltan dos semanas para que acabe el curso. Lo impartí como me habría gustado que me enseñaran Estadística

Usé muchos ejemplos y les pedí a los alumnos que revisaran algunos artículos de investigación original (para que comprendieran las partes que conforman un artículo y para que aprendieran a reportar formalmente los resultados de los análisis estadísticos) y que trabajaran en un proyecto de investigación que ellos mismos plantearon, para que aplicaran los conceptos vistos en clase a un tema de estudio de interés personal. 

A diferencia del curso que tomé hace más de quince años, el curso que imparto también abarca Medidas de Dispersión, Estadística Inferencial y el entrenamiento en un programa estadístico para computadora. 

Sería irónico que los alumnos pensaran de mi curso lo mismo que yo pensaba del curso de mi profesora. 

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Una nota de Proceso sobre el concierto de Manson en El Palacio de Los Deportes
Otra nota de Inter Press Service sobre este concierto
Setlist
Datos sobre la Gira "Dead To The World" en wikiwand

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