martes, junio 12, 2007

Agujero cósmico


Un viernes de marzo sales de tu casa rumbo a la universidad. Vas a impartir tu clase, una práctica de Sensopercepción. 
En las inmediaciones del metro, la observas de repente y te sientes impresionado.
Tu cuerpo está como electrificado de éxtasis. Sientes que la saliva se te atora en la garganta. 
Tu corazón retumba como un tambor de guerra. 

La sigues con la vista. No puedes apartar tu mirada de ella.
Piensas que es hermosa, y divagas. 
Imaginas situaciones con ella. Cuando vuelves a la realidad, estás en Centro Médico. 

Continúas observándola. Ella se maquilla, te ha sonreído, y se mira en un pequeño espejo de mano. 
Se quita los lentes de sol y sus ojos y su cabellera te asaltan. Sus ojos son verdes como el mar Caribe. Su cabellera es una locura ensortijada.

Ella lee un libro acerca de la cultura egipcia. Te mira de reojo y vuelve a sonreírte.

“¿Acaso estudia Historia?”

Avanza el convoy. El recorrido de siempre, no es el recorrido de siempre. 
Etiopía, Eugenia, División del Norte, Zapata, Coyoacán, Miguel Ángel de Quevedo, Copilco...
Siempre desciendes en Copilco y desde allí caminas hasta la Facultad de Psicología, pero ahora sigues hasta Universidad, sólo porque quieres seguir viéndola. 

En la estación de Ciudad Universitaria, sales del vagón, casi detrás de ella. Caminas a pasos lentos. 
De repente, estás tambaleándote. Te tiemblan las piernas.
Estás indeciso. No sabes qué harás. 
Sientes un piquete en la parte baja del vientre.
Prefieres no pensar nada más. Te decides y actúas. 

Será lo que tenga que ser. Si te da el cortón, se acabó.

La tocas ligeramente en el hombro, te sientes electrificado, y cuando ella voltea, le dices “Hola”. 

Una semana después vuelves a verla. Un mes después, ella está en tu habitación. 
Su cuerpo te hace pensar en un poema de Stadler.
Te acercas a contemplar sus ojos. 
Irrumpes en sus pupilas que son como el Mar Caribe y acaricias su cabellera que es impresionante, y ella te sonríe.

Sus pupilas se dilatan. Son una especie de abismo, un agujero cósmico.