domingo, mayo 06, 2007

Touring The Angel en El Foro Sol



Hace un año fue una tarde nublada y fría -un poco extraña para tratarse de primavera-, y lo recuerdo claramente porque escuché en vivo a Depeche Mode

Tenía alrededor de medio año de haberme reencontrado con un viejo amigo de la primaria. Habíamos estado viéndonos con frecuencia, y salíamos a jugar futbol con sus amigos. Jugábamos en un campo empastado, a orillas de El Bosque de Chapultepec

Se lo tomaban muy en serio. Llevaban uniformes originales y zapatos de futbol de marca, y también unas porterías de tamaño profesional -con todo y redes- que parecían mandadas a construir a propósito. 


Yo sólo impartía clases de licenciatura en la Ibero y no tenía suficiente dinero para comprar nada de eso -en esa escuela pagan por honorarios y una sola vez al semestre- y creo que hasta iba a jugar con unas zapatillas deportivas comunes y corrientes, pero la pasaba muy bien. 

Un domingo, en su auto, mientras íbamos a jugar futbol, mi amigo me dijo que se había enterado que Depeche Mode tocaría en El Foro Sol y me preguntó si quería ir. 

Aunque no me gusta mucho esa banda, ni la música electrónica en general, le dije que sí. Tenía mucho tiempo que no salía a ningún concierto, tal vez desde que NIN tocó en El Palacio de Los Deportes en la gira de With Teeth


Yo tenía mucho tiempo libre -prácticamente mi vida giraba en torno al mundial de Alemania 2006, que estaba por comenzar- y llegué muy temprano al Foro Sol. 

Ya había mucha gente y caminé en busca de mi asiento. Los lugares que teníamos estaban en las gradas y el escenario quedaba muy lejos, y me decepcionaron.

Mi amigo llegaría directamente de su trabajo, así que estuve esperándolo un rato y me tomé un par de cervezas. 


Hacía casi un año que no tenía novia ni nada semejante, y tenía muchas ganas de volver a involucrarme con otra mujer, pero también tenía muchos problemas para relacionarme con la gente. 

Me daba flojera iniciar cualquier clase de relación. Odiaba los preámbulos. 

No pude dejar de ver a las parejas que iban llegando a sentarse cerca de mí, y tampoco podía dejar de pensar por qué no había hecho nada para estar en esa situación.

Siempre me había parecido que la música de Depeche Mode era para disfrutar en compañía de una pareja.


Estaba un poco ebrio, cuando mi amigo llegó. Lo acompañaba un primo suyo. Nos saludamos y me di cuenta que no nos caíamos bien. Su presencia me hizo sentir incómodo. 

Ellos también empezaron a beber y se pusieron a platicar.

El alcohol surtió efecto y me hizo sentir solo, patético y embustero. 
Nunca me ha gustado asistir a un concierto, si no conozco bien a la banda que toca. Yo sólo conocía los hits de Depeche Mode, identificaba algunas canciones de Violator, de Ultra y de Exciter y había escuchado varias veces Playing The Angel. También me gustaban mucho algunos de sus videos, pero no me consideraba un verdadero admirador de su música. 

Ni siquiera tenía el pretexto de estar allí, porque a mi novia le gustaba la banda. 

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El cielo estaba nublado y era evidente que no tardaría mucho en llover. 

Ya estábamos ebrios cuando David Gahan y compañía salieron al escenario. 
Llovía intensamente y, a pesar de ello, el público estaba feliz. La banda abrió con A Pain That I'm Used To

Recuerdo vagamente que conforme nos poníamos más ebrios, el primo de mi amigo y yo dejábamos de tratarnos con incomodidad -creo que hasta me invitó varias cervezas- y que sin embargo la música me ponía cada vez más y más melancólico. 

Mi ebriedad era patética. Lo único que me entusiasmaba era la cercanía del mundial de futbol y no podía disfrutar plenamente del concierto porque deseaba desesperadamente involucrarme con otra mujer, pero no hacía nada para cambiar la situación.

También recuerdo que pensaba escribir una reseña del concierto en este blog y que anotaba cada una de las canciones que Depeche tocaba para tener el setlist y ponerlo en la entrada, pero al poco tiempo abandoné la idea porque había varias canciones que no conocía. 

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Mientras David Gahan movía las manos en lo alto y el público lo imitaba, mientras sonaba Suffer Well y yo me sentía solo, patético y embustero y me preguntaba cuándo diablos volvería a involucrarme con otra mujer, prácticamente cualquier mujer que pasaba junto a mí me parecía la mujer más hermosa del universo.  

Cuando Martin Gore tocó Home, no pude evitar lamentarme por no tener a nadie a quien pudiera tomar de la mano y mirar a los ojos en ese momento.

Envidié a los hombres que estaban en El Foro Sol con sus parejas, pero también reconocí que no me gustaba mucho socializar. 

De repente mi amigo y su primo estaban tan ebrios que empezaron a platicar conmigo. Mi amigo dijo que era de lo más complicado encontrar mujeres solas en un concierto como ése, y yo le dije que no estaba de acuerdo. Me alargó su cerveza, le di un sorbo y empecé a señalarle varias mujeres solas -o que al menos parecían solas- y entonces su primo me secundó. 

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El primo dijo que sólo era cuestión de encontrar a una mujer sola y que después las demás mujeres solas comenzarían a aparecer como lucecitas, y nos reímos. 

En mi ebriedad, recordé que en algunos pueblos creen que las lucecitas que supuestamente flotan encima de los lagos por las noches, son las almas de personas que murieron ahogadas y que no quieren ser olvidadas.  

Volví tambaleándome a la casa. Apenas puse un pie en la cama, me quedé dormido. 


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