martes, agosto 22, 2006

Mis recuerdos suenan a vidrio roto



La música se repite incesantemente. 

Es tan repetitiva que estoy convencido de que el disco sólo contiene una canción.

Estoy demasiado harto para levantarme de la cama y averiguarlo. 

Mi habitación parece un antro de mala muerte: todo está en penumbra y prevalece una atmósfera mortuoria. Sólo falta el olor a encierro, vasos vacíos y ceniceros atestados de colillas. 

Escucho la misma canción incesantemente.
Proviene de la casa del vecino.
Es un escandaloso que pone su música a todo volumen. 
Ya perdí la cuenta de las veces que he querido cortarle la luz. 

Estoy resentido, débil y melancólico.
El tiempo no transcurre para mí. 

El día, sin embargo, se evapora como agua en una olla caliente. 

Las paredes de la habitación tienen colores chillones y saltan en mis retinas como astillas y quiebran todos mis recuerdos y todos mis recuerdos suenan a vidrio roto. 

Mi corazón salió a tomar el sol –a perseguir recuerdos de otra época menos monótona–, y su esencia de éter –de adolescente enamorado– dejó un aroma a borracho en la habitación. 

Quisiera que oliera a preticor.
Quisiera soñar que vivo dentro de una nube y que acaba de pasar una tormenta. 

______

La nostalgia se precipita como una gotera por el techo de  la habitación.
Cierro los párpados y me dejo impresionar por la forma en que la nostalgia empapa mi rostro. No hay gran cosa que hacer. 

El agua es como una corriente eléctrica.
Lo único que deberían absorber mis oídos debería ser el monótono caer del líquido sobre mi piel, pero tengo un vecino escandaloso que ni siquiera me deja disfrutar la decadencia en silencio. 

Mis recuerdos suenan a vidrio roto esta noche de domingo.

No puedo ignorarlos, a pesar del escándalo. 

El ansia de todas las horas acumuladas penetra los poros de la libreta, y me pongo a escribir.

"Sócrates cumple un par de semanas sin volver a la casa, y ya me estoy acostumbrando a su ausencia... 

"Las drogas siempre son un subterfugio...

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