viernes, julio 19, 2013
Un viaje que no tuvo ningún sentido
Hace diez años, Pearl Jam vino por primera vez a México.
Originalmente darían dos conciertos, pero los boletos se agotaron en unas cuantas horas y los organizadores abrieron otra fecha.
No era una de las bandas que más escuchaba. Siempre había creído que Eddie Vedder era un tipo falso y desconfiaba de Pearl Jam. Era una de las pocas bandas del sonido Seattle a las que no le molestaba la fama y no entendía por qué.
Conseguí tres boletos para la tercera fecha.
Eran vacaciones de verano, pero todos los días corría los experimentos de mi tesis de licenciatura en un laboratorio de Aprendizaje y Conducta Adaptativa en Ciudad Universitaria.
Esa mañana, una compañera se encargó de los experimentos y fue así como pude estar desde temprano formado en las taquillas de El Palacio de Los Deportes.
Ese último concierto de la gira de Riot Act (2002), ocurrió un sábado.
Fue un gran concierto.
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