Según los forenses, moriste a las 11: 30 am del 5 de abril de 1994. Un electricista halló tu cadáver 3 días después en el invernadero de tu casa en Lake Washington. Iba a instalar un sistema de vigilancia y te confundió con un maniquí. Estabas tumbado en el suelo, con una Remington en el pecho. Te habías metido el cañón de la escopeta en la boca y te habías disparado.
Ya perdí la cuenta de las veces que he escuchado tus canciones, de los libros que he leído sobre ti y de los rumores que he escuchado sobre tus últimos días. Nadie sabrá nunca qué pasó. Habías escapado de un centro de rehabilitación, te habían visto comiendo budín en un restaurante mexicano, te habían visto en una taberna buscando a alguien...
Lo único que sí sé es que, de no haber sido por tu música, nunca me habría interesado aprender a tocar la guitarra y que la música no sería tan importante para mí.
No hay comentarios.:
Publicar un comentario